La magia de lo vivido

Acercando la mirada, seguimos los pasos del tiempo: encender el fuego, dar luz a la vela,  una mesa de auténtica madera, hojas de acanto,  la elegancia sencilla, rústica, tranquila.

La belleza obtenida con el desgaste y el tiempo deja una huella que se presenta sofisticada y humilde.  Ésta es la magia de haber vivido.

Esther García Labeaga